lunes, 5 de septiembre de 2011

Maravilloso estado meteorológico...

     Teníamos tantas ganas de que llegara, que el paso de la lluvia se ha hecho demasiado efímero. 


     Los aromas en determinadas situaciones, son una de tantas cosas que merecen la pena en la vida. La llegada de las hogueras con sus tracas, el olor que desprende el cuerpo después de un buen baño o el de la almohada cuando has dormido con tu pareja. Pero sin duda, uno de los mejores aromas reside en el contacto del agua con el suelo cuando llueve que embriaga tus sentidos produciendo una sensación de tranquilidad, de armonía, de relax. Todo parece más bonito, más especial y realmente, lo es.


Todo es especial, inhunda la magia


    Pero así como viene se va. Ese airecillo después de la lluvia o durante, que sobre todo en verano, alivia a cualquiera. Bienestar, ñoñería, alegría... un cúmulo de sentimientos, mágicos, difíciles de expresar.
     Después del airecillo, la lluvia, los truenos y relámpagos, viene el sol, el calor, el agobio, el asqueamiento que, realmente, se va con una buena piscina pero al carecer de ella y al no tener tiempo de ir a la playa permanece esa sensación que por estos tiempos mucha gente tiene... invierno acércate, otoño ¡¡Te necesitamos!!